Hay quienes durante las últimas semanas han descubierto que hay una cosa, un ser, un ente llamado Estado con el Poder suficiente para prohibir el contacto o la cercanía física, la libre circulación o, incluso, trabajar.
De manera sorprendente, damos la bienvenida a la coacción, a la prohibición, al Poder sin control democrático mientras aplaudimos, cantamos, lloramos e intentamos hacer pan con bicarbonato.
La anestesia circula por nuestras mentes. El buenrrollismo y la propaganda de #apoyosvarios se combinan con la soledad, las calles vacías, los supermercados silenciosos y la cutre cobertura de internet. Memes y chistes, sonrisas y lágrimas, comodidad y silencio...
Cualquier pregunta o duda te marca con la sospecha, el morbo, la traición a los demás, egoístademierda. Prohibido salir, prohibido trabajar, prohibido tocar, prohibido pensar... Ya está hecho.
Hay quienes siguen pensando el mundo entre izquierda y derecha. Inocentes. No se han dado cuenta de la mentira de los últimos 250 años. Esto no va de una lucha de clases. Esto va de arriba y abajo. De las mil caras del Poder contra los millones de personas que (unas mucho mejor y otras mucho peor) vamos tirando.
El gobierno controla el Estado, es decir, el Poder. Y al Poder no se le apoya. En democracia al gobierno se le critica, se le vigila, se le ridiculiza. Precioso tesoro que no se encuentra en una no-democracia, donde simplemente se resiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario